No escribirás el paisaje
Carlos Roberto Duarte
60 PÁGINAS – 20 x 14 cm
ISBN 978-987-47182-0-4
Se supone que a partir de lo vivido conocemos el mundo. En primer lugar, el espacio al que pertenecemos y luego, por un efecto de acumulación de experiencias, la totalidad del universo. Carlos Duarte invierte esa secuencia y, a la demanda sobre la necesidad de escribir sobre “acá”, responde iniciando su trayecto por “allá”. Como si fuese una suerte de señalización cartográfica, el poemario advierte al lector que algunas veces, para poder hablar del espacio habitado, es necesario partir hacia lo desconocido. Otras, simplemente alcanza con quedarse quieto y dejar que el propio texto propicie el alejamiento, “…para hablar/aterrizo y escribo/sobre/lugares/nunca vistos”. No escribirás el paisaje realiza un recorrido por la Patagonia neuquina que se inicia en- la nunca visitada- ciudad de Frankfurt. El frío, como lugar común, entrelaza las geografías cruzadas a la vez que la escritura, en un movimiento que incorpora el ritmo de un tapis roulant , organiza desplazamientos que van “ …de acá/para allá/ de allá/ para acá”, de un lugar a otro. Entonces, los poemas nos hablan de viajes no viajados, de espacios nunca vistos, de ese lugar en donde la tierra termina y /todo puede ser/ un paisaje” . Fronteras desdibujadas y cuerpos desplazados recuperan experiencias propias para extender, a través de un entramado de subjetividades, los límites de un espacio que logra fundir semejanzas y diferencias en la distancia. ¿Cómo armar un territorio? ¿Cómo habitarlo? ¿Cómo escribirlo? Son las preguntas que atraviesan el trayecto. El título nos habla de una imposibilidad que el lenguaje no sólo desconoce, sino que también desafía. Armar, habitar y escribir el paisaje tiene que ver con desmaterializar las disposiciones espaciales reales y construir imágenes de experiencias. Importar la letra que llega de lugares nunca vistos e impregnarla en una geografía en donde “Sueñan con pueblos de papeles/los animales/porque sus cuerpos/son del artesano/matarife/esquilador/que no teje texto.” Escribir sobre soledades inmersas en un exceso de naturaleza, donde las piedras son lápidas y la espera se parece a la muerte es una manera de habitar el paisaje, o al menos de intentarlo.
Julieta Nuñez